Punto de vista de RocioMientras tanto, Rocío había llegado, agotada y herida, hasta los brazos de Damien. Se aferró a él como un náufrago a su última tabla de salvación y lloró hasta quedarse dormida.Cuando despertó, seguía abrazada a su pecho. Con voz suave, aún quebrada por el llanto, susurró:—Amor... quiero presentarte a mis amigas.Damien acarició su espalda en silencio, esperando que continuara.—Antes de hacerlo, quiero contarles todo... —murmuró Rocío, sus ojos reflejaban determinación—. Quiero explicarles cómo te conocí, qu&

Punto de vista de SofíaSofía llegó a su habitación del hotel después de darse una larga ducha. El vapor aún flotaba en el aire, acariciando sus mejillas mientras caminaba hasta la cama envuelta solo en una toalla.Se dejó caer sobre las sábanas, agotada, con la cabeza hecha un caos. Cerró los ojos por un instante, intentando calmarse, pero sintió cómo el colchón se hundía a su lado. Unas manos suaves la tocaron con ternura.Abrió los ojos lentamente… y ahí estaban.Lucas, sentado junto a ella, la miraba con esa expresión que siempre la hacía sentir a salvo. Jason se encontraba al otro lado, observándola con preocupación.—Tenemos que contarte algo —dijo Lucas, su voz grave y tensa.—Es sobre Isabella —añadió Jason—. Hoy los trillizos fueron a buscarla. La encontraron… en un estado muy vulnerable.Sofía se incorporó lentamente, aferrándose a la toalla.—¿Qué hicieron esta vez? —preguntó con el corazón en un puño.—Nada físico —contestó Lucas, aunque su mandíbula apretada decía otra cos

Sofía fue al baño, el agua tibia caía con suavidad desde el cielo de la regadera, resbalando por su piel como una caricia líquida. Sofía cerró los ojos, sintiendo la libertad de estar sola, desnuda, con el vapor envolviendo sus pensamientos. La ducha era amplia, silenciosa. Se sentía en otro mundo… hasta que una puerta se abrió con suavidad.—No podía dormir sin ti —susurró Jason desde la entrada, sus ojos devorando cada curva brillante del cuerpo mojado de Sofía.—Ni yo —agregó una voz más grave detrás de él. Era Lucas.Ella sonrió. Su cuerpo reaccionó al instante, estremeciéndose con ese deseo salvaje y tierno a la vez. Estaba lista. Dispuesta. Libre.Ambos entraron a la ducha, sin apuro, sin palabras innecesarias, observándola como si fuese una diosa de agua y fuego. El calor del agua se mezcló con la temperatura de sus cuerpos, creando una atmósfera densa de lujuria y adoración.Jason se arrodilló sin dudar, levantó una de sus piernas, apoyándola sobre su hombro. Su lengua la explo