Punto de vista de Isabella
Isabella yacía en el suelo, vulnerable, con su polera larga apenas cubriendo su intimidad. Sus ojos cerrados, su rostro pálido, como si ya no esperara nada del mundo. Frente a ella, los trillizos la observaban, sus miradas encendidas, los lobos en su interior luchando por salir, ansiosos y hambrientos.
Miguel dio un paso al frente, con el corazón hecho un nudo. Quería comprender qué había pasado.
Leo, en cambio, la miraba con desdén, como si su mera existencia fuese una ofensa. Para él, no había peor vergüenza que una mate rota, dañada, marcada por un aborto y la pérdida de su pureza. Ya no valía la pena.
Camilo solo pensaba en tenerla. Siempre había sido el más débil, el más enfermo de los tres. Encontrar a su mate era su única oportunidad de ser fuerte, de sobrevivir. Pero esa fuerza dependía ahora de una loba quebrada… y lo peor era que debía compartirla con sus hermanos.
En ese momento lo entendió: si uno la rechazaba, todos debían hacerlo. Y Leo ya hab