Fragmentos de tiPietro, Aurora y Guadalupe, después de un largo viaje, llegaron a Gaeta. Angostina los esperaba en la entrada, al ver a Guadalupe, abrió los brazos y dijo:- ¡Señorita Ángela! ¡Qué gusto verla de nuevo aquí! Su habitación ya está lista, tal como usted la dejó.- ¡Gracias, Angostina! ¿Estás lista para seguir dándome clases de cocina italiana?- ¡Claro, señorita! Ya sabes, la cocina es suya.Aurora, al ver que todo marchaba bien, dijo:- Bueno, bueno, ya estamos en Gaeta, por lo que debo ir a mi apartamento. Hace casi un mes que no me paro por ahí, por lo menos debo de dar señales de vida. Los dejo para que termines de instalarte, Guadalupe.- Aurora, ¡Le pediré al chofer, te lleve a casa! – Dijo Pietro con voz tranquila pero cansada.- ¡Gracias, señor Pellegrini! ¡No esperaba más! – Dijo Aurora irónicamente.- Angostina, ¡Por favor, pídele a alguno de los chicos que nos ayuden con las maletas de Guadalupe!- ¡Sí, señor! Si no hay más que hacer, me retiro a preparar l
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