Mientras en Lazio comenzaban a moverse varias fichas, en Gaeta, Pietro llevaba a Guadalupe a su primera revisión con el ginecólogo.
- ¡Hola, señorita Priego, señor Pellegrini! Fue usted quien me escribió a las 12:00 am, a las 2:00 am y los demás correos, ¿Verdad?
- Hola, doctor Ángel Romano, efectivamente, me surgieron muchas dudas sobre el embarazo y no podía dormir bien.
Guadalupe se sorprendió al escuchar que Pietro había estado investigando sobre el embarazo y que, sobre todo, ya tuviera lista una cita con un excelente médico.
- Doctor Romano, hace 3 semanas me hice una prueba de sangre y salió positiva, pero me decía la analista que era muy pequeño.
- Señorita Priego, tal como su esposo me escribió en la madrugada, si apenas sucedió la concepción, debe ser pequeño, pero es importante comenzar a dar seguimiento oportuno.
Le voy a preparar para tomar una muestra de sangre y, además de hacer una ecografía, para conocer el tamaño del saco gestacional.
Pietro estaba sonrojado, no espe