Cap. 7 El olvidado.
Mario aún no creía del todo que Lucía estuviera realmente endeudada con esa cantidad. Tal vez solo quería engañarlo.
—¿Tienes pruebas? —preguntó.
Lucía, avergonzada y molesta, respondió:
—¿Desconfías de mí?
—Claro que sí —dijo Mario, con una sonrisa.
Lucía, indignada, sacó su celular y llamó al banco. Después de unos segundos, le pasó el teléfono a Mario.
—Señorita Lucía —dijo el operador—, le recordamos que tiene una deuda de más de doce millones y seiscientos mil dalias, más comisión por el préstamo. Si no paga este mes, el próximo deberá un millón doscientos mil adicionales.
Mario le devolvió el celular a su hermana, molesto.
—No puede ser… ¿me van a cobrar seiscientos mil por mi préstamo? Pensé que sería menos. Eso es más de lo que me dan en todo un año.
—¿La mitad de un año? —preguntó Lucía, confundida—. Espera… ¿tú también te prestaste?
—Claro que si —respondió Mario, algo enojado—. Espera un momento, debo llamar al banco.
Lucía se acercó para escuchar la conversación.
—Buenos dí