Mario se sorprendió al escuchar el rumor. Pero al recordar lo que había pasado esa mañana, entendió la situación.

Seguramente sus compañeros escucharon mal… y ahora piensan que Cecilia y yo somos pareja.

Miró hacia donde estaba Cecilia. Ella lo observaba con una expresión de furia. Sostenía un lapicero de metal en la mano… y lo partió con facilidad.

Mario se asustó un poco.

Durante la clase, algunos estudiantes lo miraban de reojo. En especial las chicas, que no dejaban de sonreírle. Todas esas miradas lo ponían nervioso. No entendía qué estaba pasando.

Cuando las clases terminaron, Mario dudaba si debía hablar con Cecilia.

La maestra se preparaba para irse, pero al ver que los estudiantes no se movían, pensó:

Seguramente planean un viaje para las vacaciones, como siempre. Mejor los dejo solos.

Después de que ella salió del aula, Mario y Cecilia se levantaron al mismo tiempo. Se miraban fijamente.

Sus compañeros esperaban que hablaran. Querían saber si los rumores eran ciertos. La mayo