*IV*

Elenah, cargando con una simple maleta con las pocas cosas del chico, acompañaba a éste hacia la salida donde un Audi negro esperaba. Mitchell, apoyado sobre la puerta del coche, miraba al chico. Christopher, caminando tras éste y la mujer, saludó con la mano a su amigo. Mientras Elenah metió la maleta del chico en el coche, Derek, con el rostro gacho y algo encogido, se mantenía ante ambos hombres pero apartado.

-Sé paciente, ya ves como está - señaló Christopher

-De momento no voy a hacer nada raro con él - Mitchell le miró con ternura -Me limitaré a ver como reacciona cuando diga de tocarle, no más -

-En serio, Mitch, no te tomes la justicia por tu mano-

-Y hablamos- despidiéndose del rubio, se acercó al chico e intentó agarrarle pero en cuanto su mano rodeó el brazo de éste, Derek se echó a temblar. Rápidamente, al ver la reacción en él, Mitchell lo soltó

-Tranquilo, cálmate, sólo quiero acompañarte al coche-

Derek le miró con temor. Parecía un niño desvalido. El castaño se acercó otra vez a él

-¿Puedo...tocarte?-

-No...no me...pegue, por favor, Señor-

-No voy a pegarte- esbozando una amable sonrisa, Mitchell estiró su mano y lentamente, rodeaba el brazo del joven -¿Lo ves? Solo te sujeto - sin apretar, deslizó ésta a través del brazo hasta llegar a la mano del moreno. Para que se sintiera más relajado, enlazó sus dedos con los suyos

-¿Puedo...cogerte de la mano...por favor?-

Derek se quedó atónito. Jamás le habían pedido nada usando la palabra "por favor".

-S...sí -musitó casi sin voz. Mitchell agarró con ternura su mano y le empujó a entrar en el coche. Una vez dentro el chico, cerró la puerta, se volvió a su amigo y la mujer y dijo

-Ya te llamaré con cualquier cosa-

-Paciencia- repitió Christopher con una sonrisa afable. Elenah le imitó

-Si me lo permites, Mitch, hacéis muy buena pareja -alegó ella

-Ya sé por donde vas tú, Elenah- rió el hombre, luego, mirando a su amigo, movió el índice diciendo-Empieza a volverse un poco respondona-

-Se lo permito porque opino lo mismo- rió el rubio que, a pesar de su respuesta, deslizó una mano por la espalda de la mujer hasta que la detuvo en su trasero. Propinó un suave azote provocando que ésta diera un grato jadeo. Derek, desde el interior del coche, había visto aquel acto y curiosamente, la fémina, presentaba una cara de placer a pesar de haber recibido un azote.

-Nos vemos- sonrió Mitchell. Rodeando el morro del coche, subió y arrancó. Una vez solos, Elenah se giró sobre sus pies, miró al rubio y con ojos traviesos, arrimó la boca a la suya susurrando:

-Castígueme, Señor-

-No creo que te lo merezcas, amor-

-Lo deseo, llevas sin castigarme una semana entera-rodeándole por el cuello, abrió la boca y repitió -Haz que me disculpe y suplique por más -

-Esta noche-ronroneó Christopher-Quiero que me esperes desnuda y de rodillas en donde tú ya sabes, amor-

-Estaré ansiosa, Señor-claudicó Elenah para después besarle salvajemente.


                                   ********


La puerta de aquel ático se abrió dejando paso al castaño y al chico.

-Adelante- invitó Mitchell al joven. Éste tragó saliva y con paso lento entró. Amarrando su maleta, caminó con miedo cuando escuchó cerrarse la puerta bruscamente. Asustado, se giró

-Perdona, no era mi intención cerrar tan fuerte - se disculpó el mayor. Quitándose la chaqueta, se acercó a él y alargando una mano dijo-Ven, te enseñaré donde puedes dormir-

Temeroso, Derek le siguió llegando ante una puerta. Mitchell la abrió y dio la luz

-Este es tu cuarto, úsalo como quieras, adórnalo como desees-

-¿Mi...cuarto?-

-Sí, ¿Pasa algo?-

-Yo...nunca he tenido un cuarto propio-

-Aquí sí lo tendrás - entrando, el hombre se apresuró a quitar las sábanas que vestían la cama- Mientras te pones cómodo, yo haré la cama con otras sábanas -

-¿Por qué?- preguntó el chico pero rápidamente bajó la mirada

-Pues, porque son sábanas de invierno y no quisiera que te cocieras- rió divertido Mitchell

-No...no importa, Señor-

-Sí importa, anda, date una ducha y ponte ropa cómoda -

Temeroso, dejó la maleta en el suelo y delante del mayor comenzó a desvestirse.

-Pero...vete al baño- se extrañó Mitchell

-Me...me ha dicho que me duche y...debo ir con usted- quitándose la camiseta, la dejó caer al suelo. Después desabrochó sus pantalones y los empujó hacia el suelo. Pero cuando ya iba a despojarse de los calzoncillos, Mitchell soltó las sábanas y lo paró:

-Oye, no, cuando digo que te duches es que te duches tú sólo -

-Yo...yo no...comprendo...-

-Me supongo lo que pensabas hacer y...créeme, no voy a meterme contigo en la ducha cuando me temes-

-Yo...no quiero que se enoje, Señor-mantenía los ojos apuntando al suelo. Mitchell acarició una de sus mejillas y alzándole la cara pudo fijarse en la nítida cicatriz que adornaba su labio inferior. Con dulzura paseó su pulgar por ella

-Nunca debiste dar con él - retirándose un poco, miró el cuerpo del chico. Tenues moratones salpicaban su piel pero el que más le llamó la atención fue el más grande que estaba justo donde tenía las costillas. Rechinando los dientes, deslizó su mano y lo tocó suavemente.

-¿Te pegaba con el puño o usaba...objetos?-

-A...a veces sólo el puño pero...la mayoría era con...palos y...cadenas- se echó a temblar al recordarlo. Mitchell empatizó con él. Cuidadosamente, lo guió hacia el baño y una vez en éste dijo:

-Dúchate, relájate y olvida todo-

Derek obedeció. Terminando de quitarse los calzoncillos permaneció quieto y de espaldas al hombre

-¿Ocurre algo?- inquirió Mitchell

-No...no sé...usar una ducha-

Dando un suspiro, el mayor comenzó a quitarse sus ropas tirándolas a un lado. Derek, se aterrorizó y aún más al notarlo detrás suya. El castaño le sujetó de los brazos y arrimando su boca a uno de sus oídos, susurró:

-No voy a tocarte más allá de lo normal, quiero que estés tranquilo, sólo me voy a meter contigo en la ducha y a enseñarte cómo funciona, luego me iré -

Ayudándolo a entrar en el plato de ducha, cerró la mampara y dio al agua la cual cayó sobre el cuerpo del joven. Estaba tibia y le resultó agradable. Mitchell cogió el gel y echando en su mano, la paseó por la piel del moreno

-No creas que quiero aprovecharme, es que no tengo otra esponja y hasta mañana no puedo ir a comprarte una-

A Derek no le desagradaba su tacto. Iba lento, despacio, esquivando las zonas íntimas a excepción de su trasero. Pero cuando notó sus dedos deslizarse a través de su orificio lanzó un jadeo de pánico. Su reacción fue apoyar las manos en los azulejos y abrir las piernas

-¿Qué...qué haces?-

-No...no quiero que me fuerce, no...no opondré resistencia - gimió asustado

-Derek...cierra las piernas-

-No...no, no...no quiero que me golpee-

-En serio, cierra las piernas- el hombre también vio moratones en su espalda -No soy él, por favor, no me tengas miedo-retirando los dedos dio un paso atrás. Miró al completo aquel cuerpo juvenil aunque dañado por las manos de Gerry. El chico proseguía con las manos apoyadas en los azulejos y con las piernas separadas. Temblaba entre sollozos. Mitchell aspiró una bocanada de aire. Lentamente volvió a acercarse. Llevando sus manos hacia las del moreno, las colocó encima de éstas. Derek dio un sobresalto al notar su tacto. Despacio, Mitchell arrimó la boca a la nuca del joven y depositó un suave beso. Derek no pudo reprimirlo por lo que dio un jadeo.

-No...no me haga...daño, por...por favor -pidió Derek temiendo que ocurriera cualquier cosa. El hombre retiró sus labios de la nuca de éste.

-Ya te he dicho que sólo voy a enseñarte como se usa la ducha-susurró el mayor en su oreja. Decidió probar algo y aproximando su sexo hacia los glúteos del joven, lo situó entre éstos. Derek lanzó un gemido al mismo tiempo que apretaba sus dedos con los del hombre.

-Haremos que cambies, haré que conozcas la parte más placentera de todo el horror que has vivido- musitó Mitchell meciendo su cadera y refregando su semi erecto miembro entre las nalgas del moreno-Pero debes confiar en mí-

-Por...por favor, no...no quiero sufrir más...dolor...por favor...Señor-imploró Derek temiendo que aquel hombre fuera como el desalmado de su antiguo Dueño. Mitchell soltó sus manos y le obligó a darse media vuelta. Mirándole a los ojos, asió del mentón al chico

-Aquí no existe el dolor- aclaró el castaño-A mí no me gusta infringir daño para conseguir placer...y me encargaré de mostrártelo personalmente...si me dejas-

Derek no contestó. En segundos tuvo la boca del mayor en la suya. Quiso abrazarle, apretarse contra él, pero se contuvo por miedo a ser azotado o peor aún, golpeado sin compasión.

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