Fuera, Ryan había salido del coche en cuanto vio a los cuatro entrar en la casa.
Con sigilo corrió hacia un lateral de la casa y procurando que no le vieran, se asomó por la ventana.
Ni atisbo de Gideon pero sí vio al hombre que lo había acompañado hablando con otro rubio y una mujer.
-¿Pero qué mierdas...-
-¡Ryan!-
El corazón casi se le detuvo al oír su voz.
Lentamente se fue dando la vuelta hasta que al hacerlo por completo vio a Gideon mirándolo fijamente.
-¿Qué demonios...-
Apenas si dijo aquello se oyeron varios motores de más coches.
A toda prisa Gideon agarró de una mano al policía y le obligó a correr.
-¿Por qué no puedes no meter las narices en nada?- recriminó el mayor haciéndole entrar por la puerta trasera de la casa.
Ryan se soltó brusca