Capítulo 6 - Éxtasis

El resto de la semana me enfoque en mi preparación para entrar a la Fuerza aérea, estaba muy nerviosa no voy a negarlo, pero, era mi emoción mas grande al haber llegado hasta donde quise.

No he hablado con Dante y hasta a mi padre se le hizo extraño que no nos viéramos pues jamás pasábamos un solo día sin hablar. Me excuse diciéndole que ambos estábamos enfocados en nuestro futuro trabajo así que decidimos darnos el espacio, se lo creyó completamente.

El gran día llego y mis padres me acompañaron hasta la entrada de la base, aquí pasaría el resto de mis días entrenando y preparándome para ser una de las mejores pilotos, quería entrar en un escuadrón de Elite, uno que me llevara a misiones, al campo de batalla... sé que suena loco, pero era mi deseo.

Me despedí de mis padres y entre al lugar donde me asignaron. Tenia entrenamiento en unas cuantas horas así que decidí recorrer el lugar, pero justo cuando iba saliendo de mi edificio me encontré con Dante quien venia caminando junto con Ian.

— ¡Hola preciosa! — grito su amigo al verme — ¡Nos alegra verte aquí!

— ¡Y ti a ustedes! — Corrí hacia ellos entusiasmada, me lance a los brazos de Ian a quien no había visto pues entrenamos en áreas diferentes — ¿Cómo estás?

— Excelente, intentado convencer a Dante que no le de una paliza a Sebastián — me gire para mirarlo y Dante asintió.

— Se lo merece — me separe de Ian y abrace a Dante con nerviosismo, no verlo en esos días me causo demasiado conflicto en mi corazón — te extrañe.

— Y yo... — nuestras miradas se conectaban de una manera espectacular, hasta mi corazón los sabia.

— ¿Te instalaron en estas habitaciones? — pregunto separándose un poco de mí.

— Si, la verdad esta genial y tengo compañeras de cuarto... ¿No es magnífico? — dije emocionada, estaba feliz de conocerlas pues deseaba tener amigas.

— Me las presentas cuando las conozcas — dijo Ian con picardía.

— Obvio, oigan vamos al comedor. Quiero conocerlo.

— Claro nuestra dama, tus deseos son ordenes — ambos me ofrecieron sus brazos de los cuales me aferre, aunque los demás militares nos miraban extraño no me importaba, pues no estábamos infringiendo ninguna regla.

Llegamos al comedor, tomamos los alimentos y nos sentamos en una de las mesas a disfrutar de la exquisita comida que servían.

— ¿Cuándo llegan tus compañeras? — me pregunto Dante.

— Me dijo la encargada que mañana, ellas vienen de la base de Texas, ya sabes que esta es una nueva rama así que tardaran. Es posible, pero si me dijo que hasta mañana — sonrió y continuo con su comida.

No volvió a preguntarme nada mas y solo nos dispusimos a terminar de comer y charlas sobre cosas sin sentido. Después de eso cada uno se retiro a sus respectivos entrenamientos, los cuales por cierto fueron duros para ser el primer día, aunque estaba algo acostumbrada eso no quitaba el cansancio producido.

Cuando regrese a mi habitación me di una ducha y me acosté aprovechando que esa noche la pasaría sola. Tomé mis libros para estudiar los siguientes entrenamientos y todo lo relacionado con los aviones cuando tocaron a mi puerta, la abrí sin ningún cuidado pues estábamos en un dormitorio de mujeres.

— ¿Dante? — pregunte al verlo.

— Hola preciosa... — me empujo con rapidez, cerro la puerta y me arrincono contra ella.

— ¿Qué m****a estas haciendo? ¿Cómo llegaste aquí? — le cuestione en susurros.

— Vine a verte... me has hecho falta — sin esperar mi respuesta beso mis labios furtivamente.

— Dante espera... — intente alejarlo pues no quería que nos descubrieran.

— Shh, tengo tiempo de sobra además... sabes que soy un experto en escapes... — abrí la boca intentando refutar, pero él se apodero de ella con rapidez.

Sus besos me envolvían como loca, quería detenerlo, pero para este punto ya no podía o mas bien... no quería. Puse mis manos en cuello y el me alzo enredando mis piernas en su cintura. Una de sus manos acariciaba mi seno sobre la ropa, nunca dormía con sostén pues me incomodaba.

Alzo mi blusa y comenzó a besar mi seno, lamio mi duro pezón robándome un increíble gemido. Con rapidez me llevo a la cama y ahí aprovecho para devorarlos y estrujarlos. Me encantaba cuando hacia eso conmigo llevándome a la jodida locura.

Su mano se introdujo en mi short acariciando mi húmeda vagina, sus dedos recorrían mis pliegues y mi clítoris era rozado por su pulgar. Gemía contra su boca ante el placer que me daba, mi mente se negaba a seguir, pero mi cuerpo respondía. Lo extrañe, valla que lo extrañe.

Dejo de besarme para continuar con mi cuello, mis senos, mi abdomen hasta mi entrepierna. De un tirón me quito ambas prendas devorándome al instante.

— Dante... — gemí su nombre.

— Te quiero comer, no sabes cuánto te he extrañado preciosa — su lengua de adueño de mi interior mientras sus dedos me penetraban, me dio la vuelta quedando boca abajo y siguió comiendo mi intimidad como todo un experto.

Yo no pensaba solo gemía contra la almohada, la electricidad recorría mi cuerpo deseando ser liberada. Mis caderas se movían por si solas a la par de sus lamidas. Gruñía contra mi vagina y supe que le encantaba, mis unas se enterraron en la almohada cuando el orgasmo se apodero de mi cuerpo de manera espectacular.

— ¡Aaah! — palmeo mi trasero robándome un gemido fuerte, solo esperaba que nadie me escuchara.

— Dime lo que deseas... — su voz varonil me volvía loca.

— Te quiero dentro de mi... ahora... ¡Aaah! — me penetro de una sola estocada, mi yo pervertida salía cuando él se adueñaba de mi cuerpo sacando esa mujer llena de deseo que se escondía en mí.

— Estas tan exquisita nena... ¡Aaah! Tan estrecha para mi — esas palabras fueron la chispa que me encendió, mi trasero rebotaba contra su pelvis aumento el placer y éxtasis de mi cuerpo, su mano enredada en mi cabello le daban el agarre para entrar y salir de mi con fuerza.

— Si, así... más duro... — suplique, me Moria por sentirlo, por explotar nuevamente.

— Ya lo dijiste — palmeo nuevamente mi trasero aumentando la velocidad de sus penetraciones. Su pene grueso dentro de mi vagina era mi total perdición.

— ¡Mierda me corro! — grité cuando su miembro choco contra lo mas profundo de mi haciéndome venir por segunda vez, esas ganas de hacer pipí me envolvieron por completo y sentí como mis fluidos chorreaban por mis piernas.

— Dios, me vuelves loco... — gruño embistiéndome con mas rudeza hasta que sentí como su pene exploto derramando su delicioso semen dentro del condón. Una parte de mi quería que todo ese néctar quedara en mis adentros, pero era algo riesgoso, muy riesgoso.

— Dante... — me levanto y beso mis labios abrazo mi cuerpo contra el suyo. El sabor de su boca era exquisito. Lo bese de la misma manera y ambos sabíamos las palabras que queríamos transmitir aquí pero que no nos atrevíamos a decir.

— Eres espectacular... — me dejo caer sobre la cama, mire que se vistió con rapidez y me dio un ultimo beso fugaz. — tengo que irme, pero, que esto nos sirva de prueba a ambos, tu me deseas como yo a ti.

Me quede con la boca abierta por unos cuantos segundos, sonrió y salió de mi habitación, así como había entrado con sigilo. Mi mente se quedo nuevamente en blanco y, para cuando reaccione él ya había desaparecido por completo. Mire mi cuerpo y me percate de todo lo que habíamos hecho... ¡Mierda, caí otra vez!

Fue exquisito si, pero esto estaba mal... joder era inaceptable esto que sucedía, el es mi tío, mi mejor amigo y... ¿El dueño de mis fantasías sexuales? Quizás... no así no debía ser.

Me deje caer sobre la cama enojada conmigo misma, con él, con la vida... ¿Por qué me pasaba esto a mí?

Aunque no quería me metí a bañar nuevamente, ese hombre era fuego puro, seducción, placer...todo tenía él. Me recargue, debía detener esto o nos causaría problemas... pero ¿Cómo hacerlo si eso me acusaba emoción total? Sali de la ducha y miré que en mi almohada había un papel doblado, lo abrí y mi corazón latió al leer las palabras ahí escritas.

Para la mujer más hermosa...

Me ah hechizado tu mirada, el movimiento de tus cabellos ondulados, el rojo fuego de tus labios... me eh perdido en el vaivén de tus caderas... me has encerrado en un sueño perverso, adicto que solo me llama a poseerte.

Espero con ansias ese llamado que me invita a invadir tu espacio en la alcoba... te pasas frente a mi vestida de reina de la noche, tacones en tus pies transparente camisolín que deja ver una sensual prenda intima... de tan solo verte despiertas el deseo.

Tomas mi mano, me arrastras a tu infierno. Mis labios arden con el fuego de los tuyos, mi lengua en tu boca bebe tu embriagadora saliva, me recuestas en la cama, hurgas con tu mano entre mi pantalón, me sientes erecto, mojado... extraes mi pene que acaricias, besas... comienzas a llevarlo a la profundidad de tu boca, se pierde en la profundidad de tu garganta... mis manos tu cabeza sujetan la acompañan en el subir y bajar sobre mi jugoso pene.

Ya desnudo para ti te despojo de tu sostén, de la delicada prenda que oculta tu mojada vagina, te montas sobre mí, ... delicia sentirme dentro de ti... gimes suave y comienzas a danzar sobre mi erecto miembro, tus pechos adoran mis manos, mis labios en ellos besos derraman y en tus pezones mi lengua mojadas caricias dejan... suave mordisco doy a ellos al ver una pequeña erección que me enloquece.

El movimiento de tus caderas sobre mí se acentúa tu boca exclama, te siento llegar y sobre mi pecho caes complacida... adictiva pasión no acaba... aun quieres sentirme más. Sobre ti me monto, sujeto tus caderas y se pierde mi pene en el fuego de tu mojada vagina... bombeo una y otra vez, mis manos acarician tu espalda, sujeto tus hombros para hacer bien profunda la penetración... sé que te complazco al oírte gemir y gritar de placer.

Ahora es mi boca prisionera entre tus piernas, delicia de licor estoy bebiendo desde tu intima copa... mi lengua explora tu cavidad mojada y acaricia tu clítoris logrando estremecerte de delirio... mientras que en tu boca mi pene derrama mis jugos que a medida que succionas liberan para ti. Enloquezco por tus movimientos entre mis piernas y tus ahogados gemidos sobre mi erecto músculo.

Llegará ese final aquí frente a frente, tus piernas abrazando mis caderas y forzando a más profundo explorarte, mientras las bocas se pierden en un beso apasionado mojado... siento en mi pecho el sudor de tus seno... en mi vientre el vibrar del tuyo cada vez que mi pelvis a la tuya golpea... más profundo creo llegar y a punto de estallar en un último grito de delirio en las bocas nos entregamos, nos ahogamos de pasión.

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