La Luna Desilusionada: Bailes de Amor y Betrayal
Después de diez años combatiendo por la Manada del Sur, mi pareja, Diego Mendoza, por fin regresó.
Cuando me dijo que quería casarse conmigo y marcarme como su Luna, creí que al fin había encontrado un lugar al que pertenecer.
Soy Isabel Rivas, y, en ese momento, lo amaba con toda el alma.
Pero todo cambió tras quedar embarazada.
Un día, sin querer, descubrí en su computadora más de un terabyte de videos sexuales suyos con Valentina Montenegro, mi mejor amiga desde la infancia.
Y no solo eso... también encontré un diario lleno de confesiones de amor hacia ella.
Accedí a su cuenta secundaria de WhatsApp. Aunque Valentina ya lo había bloqueado, Diego seguía enviándole mensajes de voz, textos, videos, rogándole que volviera con él, llamándola el amor de su vida.
El golpe final llegó el día de mi control prenatal.
Estando en la sala de espera del hospital, vi a Diego de rodillas, con flores y la cadena lunar de los Mendoza, suplicándole a Valentina:
—Valentina, volví solo por ti. Renuncié a conquistar la Manada del Sur para estar contigo. Este hijo no puede crecer sin un padre. Si me lo permites, te marcaré ahora mismo y te convertiré en mi Luna.
Sin dudarlo, me levanté, fui a la consulta y pedí que me practicaran un aborto.
Me fui sola. Sin mirar atrás. Ni una lágrima.
Jamás pensé que él abandonaría a Valentina y al bebé…
Y que, días después, como un lobo fuera de control, comenzaría a buscarme desesperadamente.