○●CAPÍTULO 4

Era una carrera que me gustaba y se me daba bien, a demas lo que hago ahora me gusta mucho, yo hablo por los niños para que no tengas que sentarse frente a un juez, no voy a dejar que los que han abusado de ellos vuelvan, a  convertirlos en víctima obligándolos a repetir lo que sufrieron soy abogada pero a veces no hay a quien odie más que a otros abogados.

La pasión que sentía por su trabajo su vocación era evidente, la mujer que esperaba un hijo suyo había hecho de defender niños su carrera. ¿Podría haber elegido a alguien mejor? En lugar de una persona fría, ahora veía a una mujer, dispuesta a defender a los más débiles, y eso es lo que estaba pensando.

El Matrimonio no estaba en su agenda, ya había estado casado, y había amado a su mujer, pero ni siquiera el amor y el respeto los habia hecho felices al final. El no habia sabido resolver los problemas de  Constanza y su mujer había pasado los últimos meses de su vida sola, y eso era algo que tendría que llevar en su conciencia toda la vida.

Pero Constanza estaba esperando un hijo suyo, y su sentido del deber le decía que tenía que hacer, el niño no había sido concebido de la forma natural, pero se sentía responsable, como si así ubiera sido y la atracción que sentía por ella era un extra, no había pensado portarse como un monje el resto de su vida, pero tampoco le había parecido buscar otras relaciones, había estado casado durante 7 años, y había pasado más de 9 años que estuvo con una mujer que no haya sido su esposa, no tenía amigas, y a los 36 años se sentía viejo cómo para volver al mundo de las citas.

En ese sentido casarse con Constanza sería beneficioso para ambos, la atracción que sentía por ella lo sorprendida pero podía atribuirla al tiempo que llevaba solo. 

La hermosa seductora que tenía en frente con su piel de porcelana y su esbelta figura, era totalmente diferente a su mujer. 

- ¿Entonces te gustan los niños?

- Si mucho.- Respondió ella.- Siempre he querido ser madre

- ¿Pero no esposa?

Constanza se encogió de hombros

- Las relaciones son complicadas

- También lo es la paternidad

- Si, pero es diferente, un niño viene al mundo queriéndote y depende de ti que lo siga haciendo por el resto de su vida, con las relaciones sentimentales con el matrimonio uno depende de otra persona

- ¿Y eso te parece mal?

- No, sencillamente no me interesa, requiere una confianza en el ser humano que yo no tengo

Yahír no podía negar la verdad de sus palabras Javiera habia dependido de el y él le había fallado

- ¿Entonces has decidido ser madre soltera a tener una

relación?

- Mi objetivo no era ser madre soltera, si no ser madre,

sencillamente estaba intentando conseguir lo que quería

- Y esto complica las cosas para ti

- Desde luego

- ¿Tan malo es que el niño tenga a una madre y a un padre?.-

Constanza giro la cabeza para mirar por la ventana

- No lo sé Enrique nosé si pueda lidiar con varias cosas a

la vez, ¿Podemos esperar el resultado de la prueba y hablar después de esto?.-

El asintió con la cabeza

- Si es lo que quieres, pero tenemos que discutir el asunto

- Lose

- No es lo tú habias planeado, lo entiendo, tampoco yo había

planeado nada de esto

Constanza sabía que no se refería al embarazo si no a la

muerte de su esposa y podía imaginar el vacío que dejó en su vida.

Pero no quería sentir compasión de el aquella atracción la

asustaba y añadir cualquier otra emocion era buscarse problema

El amor romántico nunca le había atraído, tampoco las

relaciones íntimas, ella había visto el final del amor romántico en su casa, ha

la visto como sus padres se destruían poco a poco, su padre se había marchado

para no volver más, y su madre sencillamente se había alejado de todo, dejando

a Constanza sola.

Cuando su padre las abandono perdieron su casa, y personas a

las cuál su madre consideraba  amigas le habían dado la espalda. Y por eso

había intentado controlar su vida con mano de hierro, desde sus estudios a su

carrera o al momento que quedaría embarazada

Pero todo eso parecía ricible cuando se dirigía a un país

extraño con un príncipe guapísimo que además era el padre de su hijo.

Cuando vio Turan desde el cielo, Constanza se quedó sin

aliento, la isla con sus playas de arena blanca, era una joya en medio del

Mediterráneo, y situado sobre un acantilado, había un enorme edificio de piedra

que parecía dorado a la luz de la tarde.

- Es precioso.- Dijo Constanza 

Precioso y salvaje pensó como su dueño, a pesar de la

sofisticación de Enrique, en el había algo crudo y casi primitivo que la atraía

a un nivel primario, algo que no había sentido nunca hasta que lo vio bajando

de las escaleras de su casa.

El vuelo habia sido tenso al menos para ella, no porque no

le gustasen los hombres o no hubiera sentido deseo sexual alguna vez, claro que

sí.

Sencillamente no lo había llevado a la práctica, la idea le

hacía sentir como si estuviera al borde de una ataque de ansiedad, la intimidad

sexual a abrirse a alguien de esa manera, exponerse y sencillamente perder el

control le aterraba.

Y sin embargo algo en Enrique despertaba una curiosidad que

le hacía perder el sentido común.

- Gracias .- Dijo el.- Yo creo que Turan es uno de los

sitios más hermosos de la tierra.- El avión comenzó a descender sobrevolando un

valle donde pasaba libremente el ganado.

- ¿Hay industrias ganaderas en Turan?.- Enrique asintió

- No es la más importante del país, pero el ganado es muy

apreciado, en los mercados europeos, porque se alimenta de manera natural,

ganadería orgánica lo llaman ahora, por supuesto siendo una isla el pescado es

la industria primordial para la mayoría de la población.- Constanza asintió con

la cabeza

- ¿Cuáles son tus obligaciones como príncipe?

- Soy algo así como ministro de exteriores, en los últimos

cinco años, he conseguido aumentar el turismo casi un cincuenta por ciento con

los nuevos casinos de lujos, y las reformas de algunos de los pueblos

históricos, Turan se ha convertido en uno de los destinos de vacaciones muy

popular para los ricos.- Constanza arqueo una ceja

- De modo que eres más un hombre de negocios que un príncipe

- Se pueden ser las dos cosas, tal vez en otra vida hubiera

sido empresario, pero en esta me limito a cumplir con mis obligaciones, tengo

negocios privados, pero el deber hacia mi país es lo que más me importa, me

educaron para pensar que el deber era lo primero, antes que yo mismo.

El deber era lo primero ¿Significaba que ella tenía un deber

al darle un padre a su hijo? Constanza hubiera dado cualquier cosa para haber

tenido un padre, que la quisiera, que la protegiera ¿Tenía derecho a robarle

eso a su hijo? Especialmente un padre que le podría dar a su hijo todo lo que

ella no tuvo.

El avión aterrizó y mientras bajaron por las escalerillas, Enrique

la tomo del brazo pero manteniendo cierta distancia, y a Constanza le pareció

bien, seguía turbada por el extraño efecto que ejercía en su equilibrio, era

como si su autocontrol se hubiera ido de vacaciones, y su cuerpo estuviera

buscando cosas que nunca antes le había parecido importante

Si, mejor eso que tocarla como lo habia hecho en su casa,

aún sentía el escalofrío que sintió cuando pasó el pulgar por sus labios, y no

quería volver a sentir algo así

En la pista los esperaban cinco personas, dispuestas a

ocuparse del equipaje Constanza había llevado solo una maleta porque pensaba

volver a Seattle en un par de días pero al lado de la lujosa maleta de Enrique

las diferencias entre ellos habían quedado muy claras.

Una limusina negra los esperaba a pies de pista y derrepente

Constanza se sintió abrumada con tanto lujo.

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