EL ECO Deformado.
El pasillo era angosto, y el aire… pesado.
Parecía que respiraban dentro de un cuerpo.
Las paredes tenían pulsaciones leves.
Como si algo latiera debajo.
Fabio hablaba por el auricular:
—Se están acercando a un punto no registrado. No aparece en los planos.
Se llama "Bloque Anexo Ω". Lo encontré escondido en los metadatos.
Advertencia de código rojo. “Fallido. Inestable. No exponer al LUX.”
Vanesa alzó su linterna.
—¿Fallido?
Rayan apuntó con su arma.
—Entonces estamos por conocer a alguien que no debía sobrevivir.
---
Sala Ω – 7:21 a.m.
La puerta se abrió con un crujido seco. Dentro, la oscuridad era total.
Pero algo se movía.
Sebastián avanzó primero. Luego Isabella.
Y entonces lo vieron.
Una camilla metálica.
Cables sueltos.
Pantallas parpadeando con líneas sin sentido.
Y atado a la pared con tubos insertados en la piel, un cuerpo humanoide.
Delgado. Alto.
Pero con rasgos inacabados.
Ojos demasiado grandes. Piel traslúcida.
Boca cosida.