Mundo de ficçãoIniciar sessãoNo fui capaz de dormir a lado de ese hombre, no lo soporto más. Me fui a la habitación de huéspedes. Es domingo y aunque es un día de descanso, para Carlo, eso no es así. Lo escucho cómo sale de la habitación hacia la suya, azotando ambas puertas.
Se va a su rutina de ejercicio y yo aprovecho para ir a ducharme y alistarme para bajar a preparar el desayuno, más por mi hijo que por él.
—¿Dónde dormiste? —Estoy preparando todo en la cocina cuando él entra y me cuestiona.
—En la habitación de huéspedes.
—¿Y por qué? Tu lugar era dormir ahí a mi lado.
—Cuando regresé, ya estabas dormido y no quise molestarte.
—Bien,







