Margaret miró el teléfono sorprendida y rápidamente respondió la llamada. Sus manos temblaban y aunque Richard negó con la cabeza para que ella no respondiera.
Aun así ella se atrevió a hacerlo y él solo se llevó la mano hacia la frente, con la preocupación saliendo por sus poros.
— ¿Hola? — respondió Margaret, agravando un poco su voz para no sonar como ella.
Al otro lado de la línea se escuchaba una respiración fuerte y el corazón de Margaret se aceleró con angustia.
— Eres una ingrata, Margaret — habló por fin la voz grave de James.
Margaret sintió que le volvía el alma al cuerpo.
— Oye... No le digas esas cosas — resonó la voz de Tatiana.
Msrgaret estaaba tan feliz de que quienes estuvieran al otro lado fueran James y Tatiana.
— ¡Hola chicos!, pero... ¿cómo obtuvieron este número? ¡No le dijimos a nadie sobre el cambio! — dijo Margaret con un dejo de preocupación en su voz.
— ¡Ay, por favor, Margaret! Usamos nuestras habilidades de espionaje para rastrearte — respondió Tatiana,