Catalina los observaba esperando una respuesta. Olivia estaba alterada, Rogelio se alejó de ella y observó a su hermana.
—¿Qué crees que está pasando? — preguntó Rogelio.
Catalina frunció el ceño, sabía cómo era su hermano, las cosas nunca las tomaba en serio.
—Es lo que necesito que me expliques, ¿qué hacen ustedes dos abrazados?
—¿Abrazados? Creo que no estabas mirando bien, hermanita. Olivia se sintió mal, o ¿es que no sabes lo que hizo tu querida Leonor? Metió a su hermana a la correccional. Está intranquila, con miedo y lo último que necesita es verte tu cara de amargada. Ve a ver a tus hijos, que han entrado haciendo un escándalo en la habitación de Rafael, y sabes que el doctor dejó muy claro: nada de presionar a Rafael…
Olivia observaba en silencio, sentía cómo su corazón latía con fuerza. Si Catalina descubría todo, no podría ayudar a su hermana.
—Entraron gritando por su tío Rafael — dijo Olivia levemente.
Catalina la miró con soberbia.
—No quiero jueguitos tontos, Rogelio,