Capítulo diecisiete

¡No está muerto!

Nápoles, Italia.

Lorenzo

La taza de café resbaló de mis manos y se apresuró al piso de manera estrepitosa. Levanté la mirada para encontrarme con el rostro pálido y compungido de Federico.

—¿Qué estás diciendo? —pregunté casi en un gemido lastimero. Habían pasado semanas desde la desaparición de Dante y hasta ese día no habíamos tenido ninguna noticia positiva.

Todas las brigadas que fueron enviadas a Amalfi y sus alrededores regresaron sin tener una sola pista del paradero de Dante.

Ninguna hasta hoy…

—Lo siento mucho, abuelo. Lamento ser el portador de tan malas noticias. No obstante, por mucho que desee cuidar de tu salud, no puedo y no soy capaz de ocultar la verdad. Los restos del auto de Dante fueron encontrados en el mar, no hay rastro del cuerpo de mi hermano.

Sentí como si miles de puñaladas atravesaran mi corazón, el aire era espeso y caliente al tratar de llevar oxígeno a mis pulmones.

Los recuerdos del pasado me golpearon sin piedad y me negaba a aceptar
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo