Meisy es una pre adolecente de 15 años, lo que quiere decir que Aaron tan solo tenía 17 años cuando ya se había convertido en padre, la madre de Meisy era tan solo una chiquilla de la misma edad, resulta que en una escapada de Aaron con sus amigos se vio enrredado con una chica, quedó embarazada y obviamente buscó al padre, en ese entonces estaba claro que Aaron era más idiota, como metió la pata, mami y papi se encargaron de arreglar el problema en el que se había metido su niñito; la abuela de Meisy quería un matrimonio, los padres de Aaron bajo ningún motivo iban a aceptar que su único hijo siendo tan joven se casara con una chica que provenía de una familia sin riqueza ni estatus, más cuando en ese entonces ya estaban en acuerdos con mi familia para emparetarnos, así que sus padres ofrecieron una suma de dinero mensual muy escandalosa para que la chica se mantuviera alejada y en silencio, Aaron nunca tuvo nada que ver con su hija, la madre de Meisy recurria a sus abuelos si necesitaba algo, ya que tenía prohibido tener contacto directo con Aaron.
Pero eso cambió hace tan solo 3 meses, la madre de Meisy enfermó y murió, la abuela de Meisy ya había fallecido meses atrás y los únicos familiares con los que la chica contaba, eran dos tíos que fuera de querer hacerse cargo de ella, fueron con los Bickford a exigirles dinero, si no querían que revelaran a los medios toda la verdad; pues resulta que la madre de Meisy guardó una buena cantidad de ese dinero mensual para su hija, el detalle es que Meisy no puede acceder a ese dinero hasta que cumpla 18 años y nadie más que ella tiene acceso a el, supongo que la madre preveía que los tíos intentarán quedarse con todo. En fin, sin saber que hacer, a mi querida suegra no quedó de otra que venir a contarmelo todo, solo porque mi ayuda, era esencial para que las cosas no se salieran de control, no encontraban qué hacer, los tíos de Meisy al darse cuenta de que tienen el sartén por el mango comenzaron con exigencias más disparatadas, así que pedí un poco de tiempo y que me dejaran a mi hacer las negociaciones, yo era muy buena para negociar, si no preguntenle a Aaron. El día de la reunión los tíos de Meisy entraron creyendo que saldrían de ese lugar con media empresa de los Bickford, pero no fue así; los mandé investigar, tenían antecedentes bastantes cuestionables y las fotos que tenía de ellos era la evidencia suficiente para meterlos a prisión por un buen tiempo, pero les ofrecí deshacerme de las fotos y borrar su historial criminal si tomaban el dinero que habían pedido inicialmente, no les quedó de otra, ya que los amenacé con que si no aceptaban la policía se los llevaría al salir, trataron de usar el escandalo como medio, pero aparte de que a mí no me afectaba, les aseguré que teníamos las suficientes pruebas y dinero como para volcar todo en su contra, no les quedo de otra y aceptaron, los hice firmar un contrato de confidencialidad que si bien yo sabía que podrían romper añadí una cláusula que decía que ellos admitian que eso de Meisy era solo un invento que usaron para conseguir dinero, claro que ellos no se tomaron el tiempo de leer lo que firmaban, el lío con los tios terminó, pero aún quedaba otro pendiente, Meisy; sus tíos no querían saber nada de ella, por la edad de Meisy los Bickford tenían miedo que ella hablara si la dejaban al cuidado de alguien más, así que se les ocurrio la brillante idea de fingir que Meisy era una niña huerfana de una de sus muchas asociasiones y que yo y Aaron, la adoptamos; como ante la sociedad yo no “puedo tener hijos” este “acto de buena fe” hizo quedar mejor a los Bickford, al ser tan amables para darle un hogar a una niña “Huérfana” si tan solo supieran que esa chica era más Bickford que yo. En tan pocos meses la vida de Meisy dio un giro drástico, perdió a su madre, vio la verdadera cara de sus tíos, se dio cuenta (si no es que ya sabía) que su familia paterna es muy… Ni siquiera sé que palabras usar, además de que está en el último año de secundaria y brincar de estar en clase media a alta, no le está yendo nada bien. Al llegar a casa Meisy evitó azotar la puerta de mi auto, pero se fue pisando fuerte a la entrada; la ama de llaves abrió la puerta justo a tiempo para que Meisy le pasara por un lado a toda velocidad, escuché unos cuantos gritos masculinos mientras me acercaba, no puede evitar poner los ojos en blanco. — ¡Ey! Meisy… - miro Aaron, plantado en medio del salón observando a Meisy que sube las escaleras sin voltear a verlo, cuando se da cuenta de mi presencia se dirige a mi.— ¿Qué le pasó? Tiene un ojo… como golpeado. Miro por donde Meisy ha desaparecido, no le miré el rostro, no me percaté si tenía algo, evitó mirarme en todo momento. — Lo sabrías si estuvieras más al pendiente de tu hija… te llamaron de la escuela, Aaron y no respondiste. Arruga la frente y mira incómodo a otro lugar que no sea en mi dirección. — Estaba cerrando un trato con un inversor. — ¿Así? .- me acerco a él y tiró del dobladillo del cuello de su camisa, manchado de labial rojo. - ¿Lo convenciste a besos? Cada vez más dedicado al negocio. Se libera de mi agarre y trata de esconder el cuello, se da la vuelta y avanza a la sala de visitas donde está el bar, los años no han sido buenos del todo con Aaron, siempre fue un casanova, pero debo reconocer que ha descuidado mucho su aspecto, ya no está ni la sombra de aquel cuerpo ejercitado del pasado, como ante la sociedad es un hombre “casado” su físico ya no le era del todo suficiente para ligar con libertad, pero cuando descubrió que por tener dinero, el anillo en su dedo y su barriga parecía no importarle a las mujeres se descuido aún más. — Deberías hacer ejercicio, la gente va a pesar que estás embarazada. Lanza una queja de molestia, ladeo una sonrisa, molestarlo siempre será de mi agrado, me dejo caer en uno de los sillones en el que él se sirve una bebida. Después de nuestro acuerdo hace años, los primeros meses fueron difíciles, estábamos en tregua, la paz reinaba en el exterior, pero dentro de la casa era un campo de guerra, pero con el tiempo, comenzamos adaptarnos, a dejar de lanzarnos cuchillos con la mirada y aprovechar cualquier cosa para iniciar una discusión, se podría decir que dentro de lo que cabe estábamos en paz y ahora la libertad estaba tan cerca que casi podía acariciarla. — La gente no vería mal un bebé, si viene de ti claro.- resopló y pongo los ojos en blanco. — Es algo idiota incluso para ti pensar en hijos, considernado que eres un asco de padre y que estamos a meses de anunciar nuestro divorcio. Por alguna extraña razón, esto último pareció calarle. — No puedes decirme que soy un asco de padre si nunca me diste la oportunidad de serlo.- lo fulmino con la mirada. — Me sorprende tu nivel de sinvergüenza, allá arriba está TU hija… que solo de ver cómo te comportas e hiciste las cosas con ella y su madre me siento tan agradecida de no haber tenido hijos contigo. — No es lo mismo Alejandra. - Deja su vaso y recarga su espalda en la barra.— Era un chamaco de 17 años, eso fue un error, mis padres tomaron la decisión que consideraron mejor tanto para mi futuro como para ella, su madre no hubiera encajado en esta sociedad, se iban a burlar de ella y de mí de paso, además que comparas, qué relación quieres que tenga con ella, si ni convivimos, además Meisy no coopera. Me pongo de pie para retirarme antes que las ganas de arrojarle la lampara que tengo a mi lado me gane, lo miro fijamente a los ojos, esos ojos azules de idiota que tiene. — Pero ahora ella está aquí, no es que ella no coopere, eres tu el que no le da importancia, no es una niña pequeña tiene 15 años, perdió todo hace 3 meses, su madre, su vida… le está costando en la escuela adaptarse, es tu deber ver por el bien de esa niña. Me voy antes de darle oportunidad de abrir la boca y decir alguna otra estupidez, ya tenemos 32 años, pero Aaron parece que se quedó atorado mucho más atrás.