Capítulo 86. ¡No entiendes! 

Lizbeth se levantó furiosa y se alejó con pasos tan apresurados que chocó con un camarero que llevaba en una bandeja varios batidos, derramándolos sobre su cara.

—¡Perdón! — dijo apenado el camarero, mientras otra persona extendía un pañuelo hacia ella. Con los cristales de sus lentes empañados, Lizbeth apenas pudo notar que una mano se acercaba a su cara. Espantada, pensando que era Nicolás, tiró su propia mano hacia adelante para impedirlo. Sin embargo, con su movimiento torpe, terminó por echarle un café caliente sobre el pecho a otra persona.

—¡Ah, rayos! —, se quejó esta persona, provocando que ella se tensara al reconocer el timbre de su voz.

—Sebastián… — balbuceó Lizbeth, sintiendo cómo los latidos de su corazón se aceleraban, mientras que con manos nerviosas buscaba limpiar los cristales de sus anteojos.

Sebastián empezó a reír irónicamente.

—No sé por qué demonios tengo complejo de héroe. Tú me has hecho de todo en mi vida, que solo faltaba que me quemara con café —, le oyó
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App