Gaspar llegó a casa pensando todavía en lo que había pasado en la despedida con Emily. No se había esperado semejante petición por parte de la chica, y mucho menos que se estremeciera tanto por algo tan simple...
Pero cuando se acercó a Emily, todo lo que había pasado con ella aquella única noche volvió a su mente y al oler su aroma, tuvo que alejarse lo más rápido posible, porque sintió una necesidad irrefrenable de besarla, y no sólo en la mejilla....
¡Mierda! ¿Qué era esa loca sensación?
- Tardó un rato.
Gaspar se sobresaltó al oír la queja de Alicia y miró en su dirección.
- No había tardado tanto.
- ¿Qué tenía de importante hablar con ella? ¿No era sólo para entregar a la niña?
Gaspar puso los ojos en blanco ante las preguntas.
- ¿Va a ser siempre esta pregunta? He ido a entregar mi hija a su madre. No vivimos en el mismo barrio, por si lo has olvidado.
- ¡No tiene por qué hablar así!
- No tienes que venir con esas preguntas prejuiciosas, Alice.
- Sólo me preocupo por ti.
Gaspar