El fotógrafo se alejó para hacer más fotos de la escena. Emily observó cómo Gabriela se aferraba a Gaspar. Siempre había sido una niña muy alegre, pero ahora, con su padre cerca, estaba aún más radiante y feliz, y esto iba calmando poco a poco el corazón de Emily, que cada día se daba cuenta de que había tomado la decisión correcta de dejar entrar a Gaspar en la vida de Gabriela.
Pero no sabía qué hacer con lo que sentía cuando él estaba cerca...
- ¿Mamá?
- Hola, hija.
- Te llama el tío Roger. - Señaló.
Emily miró hacia donde señalaba y Roger hizo un gesto con la mano.
- Ahora vuelvo -le dijo a Gaspar, que asintió.
Gaspar la vio caminar hacia el hombre que su hija había señalado.
- ¿Va todo bien, papá?
- Sí. ¿Por qué?
- De repente está serio...
- No es nada.
Gabriela miró en dirección a su madre y luego de nuevo a su padre, y él seguía mirándolos a ambos. Ella se acercó y le susurró:
- ¿Tienes celos de mamá?
Gaspar se rió y apartó la mirada de ellos.
- ¿Por qué preguntas eso?
- No lo