Gabriela no esperaba que Noelia se quedara tranquila. De hecho, tampoco quería que se quedara tranquila.
Esperaba que Noelia se aferrara a Álvaro, que encontrara la forma de convencerlo para que se divorciara cuanto antes.
Ahora había cambiado de idea. Si Noelia lograba eso, Gabriela estaba dispuesta a olvidarse de todas sus cuentas pendientes. Incluso le daría su bendición para que tuviera un futuro con Álvaro.
Mientras pensaba en eso, Álvaro colgó la llamada y activó el modo de no molestar en su teléfono.
—Si tiene un problema, buscar un médico le sería más útil que buscarme a mí —dijo Álvaro.
Además, él tenía gente a su alrededor que le informaría de inmediato si algo ocurría.
Gabriela lo miró como si acabara de ver un fantasma.
De pronto, se sintió aún más irritada.
¿Así trataba Álvaro a la novia de su infancia?
***
En la casa de la familia García.
Ivana arrojó el teléfono al sofá y gritó furiosa:
—¡Seguro fue esa zorra de Gabriela quien le susurró algo al oído a Álvaro para que no