No mucho después, el automóvil se detuvo en la entrada de la residencia Blake.

Olivia abrió la puerta del auto y dio un paso hacia afuera. Sus ojos de repente se pusieron rojos cuando miró hacia el vasto patio bajo el sol poniente.

Este era su lugar de nacimiento, pero no tenía derecho a crecer aquí.

Después de que su madre falleciera, una vez regresó aquí con sinceridad y anhelo por su familia.

Sin embargo, la expulsaron, convirtiendo su vida en un infierno. Incluso los bebés mellizos que acababa de dar a luz no se salvaron de su ira.

Por suerte, el dolor hace crecer a una persona.

¡Seguía siendo Olivia, pero ya no era la niña pura e inocente de hace cinco años!

—Jefa, ¿estás bien?— Yandel preguntó preocupado.

—No te preocupes. Solo estoy siendo nostálgica. No soy tan débil como crees.

Olivia sonrió y parpadeó para quitarse las lágrimas. —De ahora en adelante, tú eres mi superior y yo soy tu secretaria, Reina—.

Yandel entendió a qué se refería Olivia, pero le costó acostumbrarse a se