Tania estaba molesto, no esperaba verlos ahí, pero estaban acechándoles en la puerta.
— No quiero verlos — dijo él con molestia.
— No sé, espérame un poco y veremos que hacer — le dijo esta al ver su cara de preocupación.
Tania se levantó de su silla y fue a buscar ayuda.
El administrador del lugar se había negado a ayudarle, parecía ser que este era el culpable de estos ahí en la frente.
— ¿Está seguro que no nos dejará pasar? Vender la exclusiva dejaría en muy mala imagen a este negocio — le dijo y el hombre parecía no importarle.
— ¿Qué ha pasado? — le preguntó al ver que esta llegaba rápidamente.
— No quiere dejarnos pasar, dice que lo podrían multar y que está prohibido dejar que personal no autorizado salga por ahí, ven, vamos a hacer algo prohibido — le dijo mientras lo tomaba de la mano y lo guiaba hacia donde había visto entrar a dos meseros.
Este se dejó llevar, no quería estar lidiando con ellos y más cuando llevaba un caminador como único medio para moverse.
— Hubiese traí