Capítulo 799
Dulcinea no quería hablar con él, pero sabía que sin una explicación, no la dejaría en paz.

Con una expresión tranquila, respondió:

—La señora Astorga compró más cuadros. Es normal que la atienda, Luis... ¿O crees que necesito tu aprobación para esto?

Luis no insistió más en el tema. Cambió de tema y dijo que quería ver a su hijo. Dulcinea no se opuso:

—Leonardo acaba de recuperarse. No lo hagas jugar demasiado para que no sude y se resfríe de nuevo.

Luis asintió.

Salieron juntos de la cafetería, llamando la atención de muchos por su apariencia destacada. Pero nadie sabía que, al salir, tomarían caminos separados.

Luis se dirigió al apartamento y pasó la tarde con Leonardo.

Se quedó hasta tarde, incluso después de que su hijo se durmiera, pero Dulcinea no regresó.

Sabía que ella lo evitaba, y eso lo hacía sentir más perdido. Después de todo este tiempo, ella no había mostrado ni un ápice de compasión.

Clara, la ama de llaves, intentó consolarlo:

—Es normal que la señora no quiera recon
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