Capítulo 576
Luis siempre lo lamentó.

Desde niños, él siempre había cuidado de Ana, pero aquella vez terminaron enfrentados.

Sosteniéndola, dijo casi dolorido:

—¡Qué bueno que estés de vuelta!

Ana no lo recordaba, pero el abrazo de su hermano le partió el corazón de dolor y con voz entrecortada respondió:

—¡Hermano!

Luis acarició su cabeza.

Habían crecido y hacía mucho que no tenían un momento tan cercano, pero la emoción de recuperar lo perdido hizo que Luis se comportara como cuando eran niños, sin querer soltarla.

Mario intervino con voz tranquila:

—Está frío afuera, hablemos dentro.

Carmen, secándose las lágrimas, añadió:

—¡Sí! Ya de por sí es delicada, mejor entremos.

Una vez en casa y todos acomodados, Emma se acurrucó junto a su madre, mostrándose muy dependiente. Aunque era inteligente y cuidaba bien a Enrique, en ese momento frunció el ceño y dijo mientras se tapaba la nariz:

—¡Leonardo se ha hecho en los pantalones!

Carmen verificó y, efectivamente, era así.

Emma ya había traído pantalone
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