En ese momento, Yulia estaba comiendo tranquila en el restaurante del Grupo Financiero Yulia cuando vio la llamada de Baltasar. Sin pensarlo ni un segundo, la rechazó.
No podía perdonarlo tan fácilmente, no después de todo lo que había pasado.
Baltasar, al ver que la llamada fue cortada, suspiro, pero al instante sonrió.
Sabía que Yulia debía estar furiosa, y aunque le dolía, también comprendía pues que se lo había ganado.
No le quedaba más opción que intentar arreglar las cosas.
Con el corazón acelerado, escribió un mensaje con la vana esperanza de calmarla.
[Yuli, yo se muy bien que cometí un error, ¿me perdonas?]
Pero, como era de esperar, el mensaje fue al vacío, sin respuesta alguna.
Cuando terminó su jornada laboral, Baltasar salió puntualmente y se dirigió al Grupo Yulia, decidido a hablar con ella, aunque no sabía si lo que iba a encontrar iba a ser una bienvenida o un rechazo absoluto.
Cuando Yulia salió de la oficina, lo vio al instante. Él estaba allí, de pie, esperándola.
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