Cuando Tulio vio que Baltasar de repente dejó de sonreír, se dio un ligero golpecito en la cabeza.
—¡Ay, lo siento mucho! —dijo avergonzado—. No debí haber mencionado eso, ya pasó.
Tulio cambió de tema al instante.
—Después de la uni, pensaba que cada quien iba a seguir su camino, pero no me imaginaba que ustedes dos seguirían juntos.
Baltasar sonrió sin interés alguno.
—Sí, bueno... creo que no falta mucho para que te invite a nuestra boda.
Tulio abrió los ojos, sorprendido.
—¡Vaya! Bueno, ya esperaré ese excelente champán. Pero ¿no me digas que viniste a Estelaria solo por tu novia, verdad?
Baltasar no contestó directamente, solo lo confirmó con la cabeza.
Tulio, sorprendido, levantó emocionado el pulgar.
Pero por dentro pensaba: En serio, Baltasar no debería sacrificar toda su felicidad por ella. Debería casarse con una mujer guapísima.
En ese momento, Tulio vio a una mujer hermosa siendo acosada por un hombre.
—¡Baltasar, mira hacia allá! ¡Qué mujer tan guapa!
Baltasar no mostró in