Su voz sonaba tranquila, pero en sus ojos brillaba una chispa de gran emoción. Todo marchaba de acuerdo al plan original; pronto, recuperaría su lugar en la cima. No se arrepentía ni un poco de haber permanecido en las sombras durante todo este tiempo.
Cuando colgó la llamada, Camilo dejó el celular a un lado. Sabía muy bien que su regreso estaba cerca, que pronto tendría de nuevo el poder en sus manos, que volvería a estar en la cima como siempre debió estar.
Era la medianoche, ese momento especial en que la mayoría ya se encuentra sumida en un sueño profundo.
Dentro del hotel, todo estaba en completo silencio. La cerradura de la puerta sonó levemente, y la puerta se abrió con cuidado. Dos figuras se deslizaron por la habitación como sombras, moviéndose con una precisión casi fantasmal. Se acercaron sigilosas a la cama de Camilo.
Él, ajeno a todo, seguía tranquilo dormido.
De repente, lo tomaron y lo arrastraron fuera de la habitación, aún inconsciente.
...
Al día siguiente, el sol il