Diego estaba sobre Marina, sus dedos entrelazados con los de ella, y en voz baja le dijo:
—Lo sé, no te preocupes, voy a tener cuidado.
Esa tarde, durante el descanso, Marina decidió levantarse una hora más tarde para empezar a atender los temas del trabajo.
Cuando Diego salió de la oficina, además de llevar el termo con su comida, cargaba una bolsa con sábanas que pensaba llevarse a casa para lavarlas.
Poco después, Daniel entró al salón con cara de arrepentido, decidido a disculparse con Diego por lo ocurrido con Verónica.
Diego, con un tono calmado pero firme, le dijo:
—Que no vuelva a pasar.
Daniel asintió rápido.
—Entendido, le aseguro que no ocurrirá de nuevo.
Con el tema cerrado, comenzaron a hablar de la expansión de su trabajo de búsqueda de personas.
—Vamos a seguir reclutando. La nueva agencia de búsqueda, mientras busca a Yulia, también podrá ayudar a otros que necesiten encontrar a personas desaparecidas.
Diego quería que, con la expansión, no solo pudieran encontrar a su