Capítulo 546
Margarita miró a Daniel, quien suplicante estaba detrás de los familiares.

—Señor Daniel, ¿me podría prestar usted su auto?

Daniel asintió sin dudar. Margarita pidió rápidamente a sus familiares que la ayudaran a subir a su abuelo al auto, y enseguida arrancaron hacia el hospital a toda velocidad.

En el camino, Daniel llamó al hospital para avisar de la emergencia y coordinar la llegada. Cuando llegaron, ya los estaban esperando médicos y enfermeras en la entrada. De inmediato, trasladaron al abuelo a una camilla y lo llevaron a urgencias.

Margarita, con la mano aferrada a la de Verónica, luchaba por mantenerse de pie. Sus ojos reflejaban una mezcla de miedo y desesperación. Más el tiempo parecía eterno, hasta que finalmente la puerta de urgencias se abrió. Un médico salió y se dirigió a los familiares.

—El señor ya está fuera de peligro, pero encontramos un tumor en el cerebro tras hacerle una tomografía. Dado su edad, operarlo es muy riesgoso, y aquí no podemos realizar esa cirugía.

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