—Mamá, ¿sabías? ¡Marina es súper tonta! Renunció a todos los derechos de herencia de la familia Cabello.
Martina, al regresar, no pudo evitar contarle a Ana, llena de emoción.
Ana, sorprendida, pero sonriendo, respondió:
—¡Eso está muy bien genial! Ahora solo tenemos que ver cómo hacemos para que Luna le ceda todo a ti y a Matías. Mientras sigan sin llevarse bien, no tenemos que hacer nada al respecto. Aunque estaba contenta, Ana se preocupaba de que su hija pudiera ser imprudente y echar todo a perder. Le dio un consejo serio:
—Solo ve a acompañar a Luna cuando puedas, pero no te metas en más cosas.
Martina aceptó con una amplia sonrisa y le prometió:
—Lo entiendo, mamá.
Decidió que, siempre que tuviera tiempo, iría a ver a Luna.
Marina había renunciado a los derechos de herencia, y eso alegró muchísimo a Martina, pero Nerea, por su parte, se preocupaba.
Cuando Nerea llegó y escuchó lo que su hija había dicho sobre la renuncia de Marina, suspiró con nostalgia y solo pudo pedirle que p