Capítulo 478
Álex asintió con entusiasmo:

—Sí, he oído hablar de ese lugar. Y siempre he querido visitarlo, pero nunca encuentro el momento.

Marina, alzando la mirada, se cruzó con los ojos de Diego, que la observaba desde el sofá frente a ella.

Cuando se sentaron a la mesa, Marina se dio cuenta de que los platos servidos eran exactamente de su gusto. Sus ojos brillaron un poco, pero decidió no decir nada.

Mientras tanto, frente a Diego solo había una simple caja de comida vegetariana.

—Yo soy vegetariano, pero ustedes no se preocupen, coman tranquilos —comentó Diego con naturalidad.

Marina fijó la mirada en la caja frente a él, se quedó unos segundos procesando y luego levantó la vista hacia Diego con algo al parecer de incredulidad.

Diego, al notar su reacción, le dedicó una sonrisa tranquila, como si estuviera leyendo sus pensamientos.

Marina, sintiéndose un poco incómoda con la intensidad de sus propios sentimientos, apartó la mirada y se concentró de nuevo en su plato.

Al terminar la comida, t
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