No me dí ni cuenta cuando pasaron las horas. Estábamos cada vez más pillados por el alcohol y mi querido prometido ni pensamiento de irse a su casa. Miré fugitivamente el salón y estaba hecho un asco , nunca lo había tenido tan sucio. El día siguiente iba a tener mucho trabajo, en vez de descansar tendré que limpiar.
- Yo creo que hemos tomado lo suficiente--- una Daniela bastante borrachína arrastraba las palabras--- pronto iré a la cama. Mi amiga rió con ganas .- Chicos, es tiempo de irse ya.---dije sin cortarme un pelo.---Nos vemos en otra ocasión si se da la oportunidad.- Me estás echando por lo que veo--- un Felipe medio enfadado me miraba con el entrecejo arrugado.- Tendrás cosas que hacer, tu teléfono no ha parado de sonar en ningún momento. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, así que estás a tiempo de acabar la noche como más te guste.Además era verdad, ya que el tono de su teléfono se hizo muy molesto cuando empezó a sonar y no había fo