Al reconocer a su hija y conocer lo dura que fue su vida, Eloy decidió darle lo mejor del mundo.
Aunque llevaban poco más de un año conociéndose, si ahora también reconociera a una hija adoptiva, Vera probablemente se sentiría incómoda.
Olivia encendió un cigarro y comentó: —Siento que tú y Vera no encajan del todo.
—¿A qué te refieres?
—Bueno, con Delia eres muy relajada, te involucras en sus asuntos y tratas de ayudarla sin darte cuenta.
Olivia exhaló el humo y añadió: —Pero con Vera, siempre estás preocupada por no hacer lo suficiente o por no compensar lo adecuado. Y en cuanto a Vera...
Olivia suspiró: —No me malinterpretes, pero creo que Vera te ve más como un cajero automático.
—¿Vera...?
Eloy pareció desconcertada por un momento y luego, sintiéndose culpable, dijo: —Es que le debo mucho. Olivia, considera el sufrimiento que ha pasado. En resumen, es un fracaso como madre por mi parte. Entiendo que ahora no tenga sentimientos hacia mí y lo acepto, con el tiempo.
—¿Deuda?
Olivia,