Un bodeguero empujaba un estante mientras pasaba, interrumpiendo la charla.
—Disculpen, con permiso
Jalé a Olaia hacia atrás para hacerle espacio. Luego le pregunté:
—¿Qué has dicho?
Olaia tenía una expresión entusiasmada:
—¿Será la hija biológica de tu suegro?
Fruncí el ceño:
—No creo... Ella es incluso dos años mayor que Marc.
¿Él le había traicionado a la madre de Marc tan temprano…?
—¿Qué tiene de raro? —Olaia desestimó, emocionada contando el chisme de los ricos—: En esas familias adineradas se arman todo tipo de lío. Se casan por aquí, mantienen amantes por allá, ¿no es algo común?
—Pero... —seguía sin creerlo—: Si Ania fuera realmente su hija, y el abuelo la odiara tanto, ¿por qué Carlos no le dijo la verdad?
Si Ania fuera su propia nieta de sangre, seguro la trataría diferente.
Olaia lo meditó y también se confundió:
—Tienes razón, si ella fuera su hija, ¿cómo es que permite que Marc y Ania estén juntos? ¡Sería incesto!
Asentí sin decir más. De repente, Olaia exclamó:
—Esp