—Tranquila, no te preocupes tanto.
—Lo sabes, siempre intento mantener la calma.
Delia no dijo nada. Si realmente fuera tan calmada, no habría subido al techo aquella vez.
—Cuando llegues a casa, mándame un mensaje.
...
Una semana después, Fidel fue dado de alta y regresó a su casa.
Olaia también recibió el mensaje de que José iba a ir a buscarla.
Durante esos días, intercambiaron algunos mensajes, aunque la mayoría de la información venía de parte de Delia.
Al saber que Fidel ya estaba bien, Olaia se sintió aliviada, por lo que decidió, impulsivamente, ir al supermercado a comprar ingredientes para cocinar algo.
Aunque ya había fracasado en el pasado, la práctica hace al maestro.
Esta vez pensaba que lograría hacer un plato decente.
Pero, en realidad, sobreestimó sus habilidades.
Cuando José llegó a la puerta, escuchó la alarma de incendio.
Pensó que podía ser una fuga de gas, así que no tocó el timbre e introdujo el código de la puerta que Olaia le había dado.
Al entrar, se encontró