En la noche fue la cena de celebración, Amelia lucía un hermoso vestido color vino que dejaba ver su esbelta espalda. Su maquillaje sombrío y el reluciente rojo de sus labios hacían un contraste perfecto con la tez de su piel, resaltando entre la multitud.
Kyle al llegar a lujoso restaurante lo primero que pudo notar fue a Amelia, ella tuvo la misma reacción al verlo a él.
Kyle vestía una camisa holgada de color crema, pantalones de vestir negros y zapatos relucientes, los accesorios de color dorado incluyendo anillos, gargantilla y brazaletes brillaban bajo la luz de los enormes candelabros.
El joven se acercó a Amelia sin quitarle la mirada de encima, con su expresión neutra que no demostraba el lío en su cabeza.
"Buenas noches, señorita" dijo Kyle inclinando su cabeza en saludo. "Se ve bastante bien la noche de hoy."
Amelia se sonrojó en las mejillas, buscó responder de forma juguetona pero los nervios le ganaron.
"Gracias, Kyle" respondió a su comentario y procedió a tomar asiento en la larga mesa donde se encontraba una gran diversidad de platillos exquisitos.
Kyle mentiría si dijera que no le impresionó la reacción tosca, sin embargo, decidió dejarlo pasar y tomó asiento al otro lado de la mesa.
La cena pasó entre pequeñas charlas y Amelia comiendo casi nada. Kyle no podía apartar la mirada ocasionando que en varios momentos sus miradas se encontraran haciendo a la chica apartar la suya inmediatamente. Podía notar también como Scott a su lado le decía cosas en el oído, Amelia solo asentía y comía cada vez menos.
¿Acaso era lo que él creía?
"Amelia, tienes que probar el bistec, está buenísimo" le dijo Kyle, a pesar de la distancia entre su silla y la de la pelinegra, se podían hablar sin tener que gritar.
"Luego lo haré" mintió con una sonrisa incómoda.
Kyle solo pudo suspirar.
Al finalizar la cena todos decidieron ir al bar que se encontraba en el mismo restaurante y beber algunos tragos en celebración. Kyle desde su lugar en la barra veía al personal directivo y de detrás de escena bailar y cantar con unos cuentos tragos encima mientras el hielo en su whiskey se derretía al ser dejado en el olvido. También observó cómo Scott anunciaba su partida temprana ya que tenía algunos pendientes por hacer.
Una Amelia un poco bebida se acercó y se sentó junto a Kyle.
"Hola..." le saludó con una sonrisa y mejillas rojas, apenas mantenía los ojos abiertos y se veía tan relajada.
"Hey" le contestó Kyle, alzando su mano en saludo. "¿La pasas bien?"
"Hm, sí, aunque ese debería preguntarte a ti. No has bailado en tooooda la noche" acusó con la cabeza ladeada, luciendo tierna.
"No estoy de ánimos en realidad."
"¿Por qué?"
¿Realmente tenía derecho de reprochar? Tenían una semana dirigiéndose la palabra, por amor a Dios. Kyle se sentía desubicado y confianzudo, no quería que Amelia tuviera esa impresión de él.
"No lo sé, tal vez es el cansancio" Kyle se justificó.
"Pues te ofrezco que traigas tu cansado ser a la pista y bailes conmigo" le ofreció Amelia levantándose de su asiento y extendiendo su mano hacia él, "¿aceptas?"
Bueno, un baile no le vendría mal.
Se acercaron al centro del bar, la música estaba alta y las luces bajas, Amelia comenzó a mover el cuerpo al ritmo de una canción que simplemente no podía reconocer, pero te obligaba a moverte al son de ella con su ritmo y letra pegadiza. Tomó a Kyle de las manos haciéndolo girar y robándole sonrisas que se convirtieron en carcajadas.
"¡Nos vamos a caer!" Exclamó Kyle entre risas para poder ser escuchado sobre el volumen.
"¡No importa, podemos levantarnos de nuevo!" Respondió muy cerca de su cara.
Siguieron bailando y bebiendo y simplemente se perdieron en su propio mundo, el volumen cada vez se sentía más bajo y ellos se perdieron en una burbuja que construyeron en segundos. No entendían qué sucedía, ni el por qué, ¡tampoco querían entenderlo! En ese momento no eran colegas, no eran compañeros de trabajo ni posibles estrellas del cine. Eran dos personas dispuestas a conocerse a fondo, Amelia y Kyle, solo eso.
Les dolía el estómago de tanto reír cuando era momento de volver al hotel, todos estaban igual de felices e intoxicados, aunque Kyle seguía bastante consciente.
"O-oye, Kyle. Quiero preguntarte algo" Amelia dice con la lengua un poco enredada. "A ver, ¿tú crees que yo merezco ser apreciada? Y.…" miró hacia arriba intentando recordar la palabra, "¡Ah! ¿merezco ser apreciada y valorada por alguien que apenas me conoce pero que lleva trabajando conmigo un laaaargo tiempo? ¿Acaso eso no es suficiente para valorarme? ¿Qué opinas? Yo creo que tiene bastante sentido."
La pregunta (o, mejor dicho, las preguntas) descolocan un poco a un borracho Kyle, más este no se priva de contestar con honestidad.
"Bueno, conociéndote y sabiendo la grandiosa persona que eres creo que con solo un par de horas basta para reconocer todo tu valor, así que mi respuesta es sí" le afirma con mucha seguridad. "¿A qué viene esa pregunta?" agacha su cabeza a la altura de la de la chica, esperando pacientemente una respuesta que casi exige recibir.
"Pues..."
Antes de poder proseguir con su explicación recibe una llamada. Amelia saca su teléfono del bolso de la pequeña cartera que cuelga de su hombro y responde.
"¿Sí?" dice, alejándose un poco de Kyle para tener más privacidad al hablar. "Está bien, ya mismo me voy al hotel. Me iré con Luca y Stephan, no te preocup- sí, adiós" dijo a la persona en el teléfono con aburrimiento y fastidio.
Volvió a donde Kyle la esperaba, este le levantó las cejas cuestionando qué ocurría.
"Tengo que irme" le dijo Amelia con pesar. "Scott llamó para recordarme que mañana tenemos una entrevista a primera hora y necesitamos estar presentables" aún tenía la lengua enredada y sonreía mucho. "Fue agradable estar contigo hoy."
Dejó un beso en su mejilla que causó una revolución dentro de Kyle. No intentó hacerla quedarse más tiempo, pero le regaló una sonrisa y le respondió.
"Igualmente, Amelia..."