Una de sus cosas favoritas.
Un mes transcurrió desde que Logan y Lucía decidieron comenzar de cero. Logan dejó muy esclarecido que quería ir despacio y Lucía aceptó. Estaban bien, no había nada por lo que quejarse y las cosas avanzaban a paso lento, pero conciso. Lo mejor era que ya no había un trato que los atara, ya no había un chantaje… Era como si hubieran comenzado un nuevo libro con páginas en blanco y a medida que pasaba el tiempo y se conocían, la historia también se escribía. Era solo el comienzo de algo que estaban construyendo, sin mentiras ni engaños ni tratos ni chantaje. Logan podía ser él mismo para con Lucía, ya no se ocultaba detrás de un caparazón de indiferencia y no había motivos para reprimir sus emociones o sentimientos.
En todo ese mes tuvieron varias citas. Logan cada que podía pasaba por la escuela e invitaba a almorzar a Lucía. Incluso hubo un par de ocasiones en las que Logan también extendió su invitación a los colegas de Lucía. Todavía no podía decir con certeza que los compañeros de