Honestamente, huir y olvidarse de los problemas por unas horas había funcionado, pero el efecto solo duró por poco tiempo. Cuando fue por su coche hasta el estacionamiento de la clínica, todo regresó y la realidad se apegó de nuevo a él. Las horas de visitas ya habían acabado y si bien tenía un permiso especial para ir a ver a su madre cuando quisiera, no lo hizo y optó por ir a cierto departamento para escapar de nuevo de la realidad y de los problemas. Funcionó de maravillas y el efecto duró por el resto del fin de semana e incluso fue mucho más efectivo que haber ido a un “paseo” en autobús con Lucía.

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El comienzo de una nueva semana traía consigo las miles de responsabilidades y obligaciones que tenía para con la empresa y los negocios pendientes. La mañana empezó con Charlotte, recordándole todos los compromisos que tenía en la agenda para el día, reuniones y más reuniones. La primera reunión acabó con un buen augurio a corto plazo y un nuevo proyecto referente a la Fundación.