Di «ah».
Tenía que recordar que no era el tipo de mujer con la que Logan tendría una aventura apasionada, así solo fuera por una noche. Lucía no era el tipo de mujer que a Logan le gustaba y eso, contra todo lo que creía hasta ahora, le molestó profundamente. Se sentía furiosa consigo misma por dejarse llevar por las emociones traicioneras, haciéndole pensar que podría, quizá, tener una…
—Aquí tienes.
Ocultó épicamente el susto que le provocó la voz adusta y arqueó las cejas con intriga hacia la taza humeante y al plato con una porción bastante grande de pastel de chocolate frente a ella. Las cavilaciones desvaneciéndose lentamente…
—Esto es… —Echó la cabeza hacia atrás, viendo a Logan ocupar la silla vacía delante de ella—. Si esta es tu manera de decirme que hemos terminado… Bueno, desde ya te digo que está funcionando. Me encanta el pastel de chocolate.
La risita de Logan la tomó desprevenida porque, Dios, era genuina y sonaba tan bien en sus oídos. Lucía detestó la corriente eléctrica que