"¿Darren me ha dicho que el rey te ha convocado?", Adaline solloza, secándose la cara con el dorso de la mano.
Leila entrecierra los ojos, confundida al ver por qué llora. "Sí, partiré al amanecer. ¿Está todo bien?".
"Sí...", Adaline resopla. "Solo quería darte las gracias Leila, por todo. Desde que te convertiste en Luna, aunque haya sido poco tiempo, la manada ha prosperado".
Leila mantiene la mirada en blanco. Siempre ha puesto lo mejor de sí misma para ser Luna pasara lo que pasara y se ha asegurado de que las cosas progresaran. Incluso puede decir que hizo más en aquel entonces, cuando todo el mundo la trataba fatal, de lo que está haciendo ahora.
Solo parece mucho porque está luchando contra un poder tiránico rival y esta vez, en lugar de verla como una usurpadora, el pueblo la ve como una Salvadora.
"Todos tenemos deberes que cumplir, no tienes que darme las gracias por hacer lo que tengo que hacer", responde Leila, echando un vistazo al desorden de cosas que tiene esparcid