Un perdedor en el amor.
TRAVIS
Cuando alguien pronunciaba l nombre de Sophie, despertaba un anhelo diferente en mí, uno que jamás había sentido antes. Pero más que eso, hacía que su rostro tomara forma, especialmente en aquellos momentos en que me esforzaba por no pensar en ella, por no ver su cara en el fondo de mi mente.
Su imagen se materializaba y luego resultaba extremadamente difícil deshacerme de ella. Lo mismo estaba ocurriendo en ese momento, pero me preocupaba más descubrir cómo Hannah conocía a Sophie que intentar borrar su imagen de mi cabeza.
—¿Cómo conoces ese nombre? —pregunté, entrecerrando los ojos.
—Oh —Hannah parpadeó sorprendida.
—¿Oh? —repetí, ahora más confundido por su reacción.
—¡Vaya, entonces... es cierto! —sus ojos ya grandes se abrieron aún más, brillando de emoción bajo las luces de la cocina—. ¡Realmente existe una mujer!
La miré sin gracia, molesto por la manera en que me confundía. Repasé mentalmente cómo podría haber escuchado ese nombre y fruncí el ceñ