Tengo cuatro ojos observándome y siento cómo mis mejillas se empiezan a poner rojas de la vergüenza que siento.
-¿Luz, qué estabas haciendo? - dice Adam acercándose a mí.
-Este... nada. - Él da un suspiro.
-Padre, te presento a Luz. - Su padre me mira de arriba a abajo.
-Hola, Luz, soy Rafael. - El hombre saluda formalmente, aunque sé que está haciendo un esfuerzo por mantener la m*****a sonrisa. -¿Cuántos años tienes, Luz?
-17, señor.
-Vaya, ya casi cumples los 18. - Adam lo mira en modo de advertencia.
-Papá, no empieces.
-Lo siento, ¿qué les parece si vamos a comer algo? ¿Te gustaría salir, Luz?
-Claro, ¿por qué no? - Subo a mi habitación y me cambio de ropa.
Llegamos a un restaurante grande y muy lujoso. Nos sentamos en una mesa apartada y pedimos nuestras comidas.
-Y dime, Luz, ¿dónde conociste a mi hijo?
-En el hospital, señor Rafael. - Él mira a su hijo.
-¿Y qué hacías en el hospital? - ¡Wow! Esto se está tornando incómodo.
-Mi padre me golpeó hasta casi matarme. - Lo digo trata