Adam
-Adam, sí, dame más - grita la chica que tengo empotrada contra la pared. Ella grita mi nombre pidiendo que le dé más, y eso me excita mucho. Pero en ese momento imagino a Luz con su perfecto cuerpo pegado al mío, sintiendo cada centímetro de su cuerpo. Por Dios, Adam, ¿por qué estás pensando en eso mientras tienes sexo con una desconocida?
-¡Ahhh sí! - La penetro más fuerte y siento cómo mi liberación llega.
-¡Wow, me encantó!- dice la chica.
-Toma tus cosas y vete - le digo serio mientras me pongo mi ropa.
-¿Disculpa? ¿O sea, me follas y después me echas de tu casa? -dice algo indignada.
-¿Qué esperabas, que te pidiera matrimonio? ¡Largo de mi casa!-
Salgo de la habitación y me dirijo a mi cuarto para darme una ducha. Espero que cuando salga esa molestia ya no esté aquí. Me doy una ducha relajante y, cuando salgo, mi teléfono empieza a sonar.
-¿Hola?
-Buenas, habla con la familia de la señorita Luz.
-Soy su tutor, ¿qué pasa con ella?
-Tiene que venir al hospital central, la señ