Han pasado un mes desde lo sucedido con Eliot y Adam. Hoy, por fin, inicio mi carrera en la facultad de medicina, y la verdad es que me siento muy feliz. Con Eliot, la cosa va de maravilla, pero aún no siento lo que siento por Adam. Él sigue con su noviecita, que, a propósito, quiere venir a vivir con nosotros, pero al parecer él no quiere. Mejor para mí, odio verle su m*****a cara.
Salgo de la ducha y me pongo algo cómodo para ir al campus.
—Hola, Adam —lo saludo cuando bajo a desayunar. Como estoy de tan buen humor, lo abrazo y le doy un beso en la mejilla.
—Vaya, estás contenta el día de hoy —dice con una sonrisa.
—Sí, lo estoy. Hoy es mi primer día como universitaria y estoy muy feliz.
—Bueno, futura doctora, vamos, porque se nos hace tarde —salimos de casa y nos subimos al carro. Cuando llegamos al campus, le doy un beso cerca de los labios y le digo:
—Deseame suerte.
—No la necesitas, pero, por si las moscas, suerte, preciosa.
Llego a mi salón de clases y me siento en una me