Me despierto al sentir unos besos húmedos en mi espalda y luego bajan a mis caderas.
-Hermosa, levántate, hoy vuelves al instituto. -Abro mis ojos lentamente, veo a un Adam sonriente y yo hago lo mismo, hasta que me doy cuenta de que está desnudo, igual que yo. Siento cómo mis mejillas se tornan rojas de la vergüenza que siento.
-¿Te gusta lo que ves, nena? - dice burlón.
-Creo que me bañaré. - digo algo acalorada.
-¿Nos bañamos juntos? - m****a, creo que ahora sí estoy muy pero muy roja.
-Es... está bien. Me paro y tomo las sábanas para tapar mi desnudez, pero Adam, de un tirón, me las quita, dejando mi cuerpo totalmente expuesto.
-No te cubras cuando estemos solos tú y yo. Ya conozco todo tu cuerpo, nena. No tengas pena conmigo. Me besa y, sin que yo me lo espere, me carga en brazos hasta meternos a la ducha.
Después de 10 minutos metidos en la ducha dándonos besos y caricias, salimos y comenzamos a vestirnos.
Cuando llego al instituto, Adam me toma del brazo.
-Recuerda, eres mía. -