47. En guardia
Krom
Los pasos de Krom son lentos, camina a mi alrededor tratando de encontrar un punto débil; no me molesto en mover un músculo, si quiere ver, que vea.
De alguna forma es una lástima, a pesar de tomar el cuerpo joven de Dimitri, el suyo sigue siendo el mismo cuerpo avejentado y lleno de cicatrices.
Sumado a eso, su cerebro continúa con las mismas ideas retrógradas de siempre, jamás aprendió la lección, y ahora sufrirá las verdaderas consecuencias.
De un momento a otro sus movimientos se hacen rápidos, demasiado para un lobo común, pero para mí ahora, no representan una amenaza real.
Pongo cara de desconcierto y bajo un poco mi espalda, muestro inseguridad para que se confíe, la verdad es que puedo ver cada uno de sus movimientos.
Continúa corriendo en círculos, hace una pequeña pausa para impulsar su cuerpo hacia el mío y atacarme por la espalda; dejo que me golpeé primero, quiero medir su fuerza.
El pobre alcanza a rozar parte de mi brazo, sin embargo, quién queda realmente c