Despierto con unas fuertes ganas de vomitar, así que rápidamente me levanto como un rayo y vomito todo lo que tenía en el estómago. Me dejo caer en el suelo mientras escucho cómo alguien abre la puerta.
- ¡Rose! - James aparece con un jugo de naranja, pero al verme tirada, lo deja a un lado y me toma en brazos.
- ¿Estás bien?
- Sí, solo fueron las náuseas. Creo que es normal en el embarazo.
- Toma - me pasa el jugo de naranja - Apenas te lo tomes, arréglate, que tenemos cita con la doctora Parker.
- Ok - James sale y yo me tomo juiciosamente mi jugo de naranja para después darme una rica ducha y arreglarme.
- James, estoy lista.
- ¿No crees que ese pantalón es muy apretado? - Lo miro y juro que no puedo creer lo que me dice.
- James, aún no tengo panza, así que relájate y vamos.
Llegamos al consultorio y la doctora nos recibe.
- Bueno, ¿a qué se debe el motivo de su consulta? - pregunta, tomando una posición seria.
- Estoy embarazada, pero quiero saber de cuánto estoy.
- ¿Ya te hiciste