Abro mis ojos lentamente y observo que estoy en mi habitación. Con lentitud, me comienzo a levantar y me pregunto qué hago acostada aquí, o mejor dicho, qué me pasó. Escucho cómo alguien abre la puerta y me doy cuenta de que es James.
—Cariño, despertaste —me da un beso en la frente, pero yo aún no logro reaccionar.
—¿Qué me pasó? —este me mira algo nervioso y sé que algo malo ocurrió.
—No te preocupes, quédate tranquila, Rose —esto me está empezando a desesperar, no saber lo que ocurrió.
—¡Dime ya mismo, James! O tú y yo tendremos un maldito problema —él suspira derrotado y saca de su bolsillo mi celular.
—¿Qué haces con mi celular?
—Abre los mensajes —lo hago rápidamente y abro mis ojos al ver lo que encuentro.
Todavía sueño con esta imagen. Juro que cuando la tomé, me contuve mucho para no tirarme encima de ti y hacerte mía toda la noche, pero juro que apenas te encuentre, no te escaparás de nuevo; te haré mía una y otra vez, y nos casaremos. Te amo, preciosa Rose.
Jack
Adjuntando i