Y Alejandro, aunque herido, no pensaba rendirse tan fácilmente.
Se acercó a Camila una vez más, ignorando la presencia de Adrien e Irma, centrando toda su atención en ella, en esa mujer que tanto había amado… y que ahora no lo recordaba.
—¿Te gustaría volver a tu casa? —preguntó con voz suave—. Me refiero a tu verdadero hogar… con tu madre y tu hermana.
Camila lo miró, cargando un poco la cabeza, confundida.
—Con mi madre… y mi hermana? —repitió en voz baja—. ¿Tú las conoces? Yo solo he hablado con ellas por teléfono, pero me gustaría verlas.
Alejandro apuntando con una sonrisa nostálgica.
—Claro que sí. Incluso las he visitado… He hablado con tu madre y con tu hermana también. Ella está desesperada por verte. Me pidió que te llevara de vuelta... Te extraña mucho.
Los ojos de Camila se llenaron de emoción. Sus labios temblaron un poco y esbozó una sonrisa tenue.
—Mi hermanita…
Irma, que había estado observando todo desde un rincón de la habitación, sintió cómo el corazón se le desgarr